El
castigo en ambas obras se nos ofrece como una aventura pero también
como un delirio porque están perdidos entre la realidad y la muerte
que le espera. Al analizar este tema, nos adentraremos en un mundo
fantasmagórico oscuro y de ultratumba que rompe bruscamente con la
realidad.
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Dentro de este tema, notamos que tanto Don Juan como Don Félix contemplan su propio entierro. Este hecho aumentará la agonía de esos hombres al enfrentarse a la consecuencia de sus actos, que resulta ser la muerte.
En "El estudiante de Salamanca" don Félix tiene una visión de una mujer que aparece como borrosa pero su curiosidad hace que se deja guiar por ella, pensando ya en sus nuevos proyectos amorosos. En adelante, descubrirá la trampa al ver que ya no camina entre los vivos sino que va hacia Elvira y el hermano de ella.
El
carïado, lívido esquelo,
los
fríos, largos y asquerosos brazos,
le enreda en tanto en apretados lazos, […] |
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En
la obra de Espronceda asistimos a la visión de la dama como un
esqueleto que incita al horror es un ambiente lúgubre frente al
castigo sobrenatural que sufrirá irremediablemente a Montemar.
La
escena fantasmagórica entre Elvira y Félix se parece mucho a la
entre Doña Inés y Don Juan; el fantasma de Inés llega a don Juan.
Al
principio Inés le habla bajo la forma de una sombra no perceptible,
lo que queda a Don Juan en la incertidumbre.
A continuación este
momento se diferencia en la obra de Zorrilla puesto que Inés no
aparece bajo la forma de un esqueleto sino bajo su forma natural.
Se
ve claramente con la acotación que sigue y ademas en la descripción
que hace Don Juan Tenorio:
Don
Juan:
(fascinado)
¡Yo
estoy sonando quizás
con las sombras de un Edén!
Las
dos mujeres tienen mucha semejanza porque mueren por sus amados y
después aparecen en forma de fantasma. Elvira bajo la forma de un
esqueleto mientras que Inés se muestra bajo su forma natural, muy
hermosa.
La
última diferencia entre ellas es que Dona Inés salva a Don Juan
Tenorio y se lo lleva al cielo con ella :
Doña Inés:
[...] La voluntad de Diós es
de mi alma con la amargura
purifiqué su alma impura,
y Diós concedió a mi afán
la salvación de don Juan
al pie de la sepultura.
Elvira sigue a Don Félix por amor:
"sus bodas fatídica tea,
es brinde deleites y sea
a tumba su lecho nupcial".
Elvira, a diferencia de Inés, no salva a Félix, no se van en el paraiso sino que Elvira deja que Don Félix se vaya en el infierno y le sigue por amor:
[...]
"que en forma de mujer y en una blanca
túnica misteriosa revestido,
aquella noche el diablo a Salamanca
había en fin por Montemar venido!..."
[...]
Por último, compara a Elvira con el diablo porque el diablo lo ha arrancado de la vida tanto como Elvira.
Ella no lo ha salvado y prefirió irse con él en el infierno y quedarse para siempre con él.
Son sentimientos no compartidos, él no la ama, por lo tanto deberá ser con ella para la eternidad, tal es su purgatorio.

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